Te están vendiendo humo, bro.
La historia que no te cuentan sobre los falsos mentores, y cómo evitar caer en la trampa.
¿Querés saber cuál fue uno de los mayores errores que cometí en mis 20s?
Pensar que el que más gritaba, sabía más.
Y así me comí varios buzones. Cursitos vacíos con envoltorio premium. Gurúes de PowerPoint. Mentores sin calle.
Hoy los llaman "masivo bros".
Tienen menos de 30, pero te venden experiencia como si fueran Yoda con Rolex.
No me malinterpretes, hay gente joven valiosa.
Pero esto es otra cosa.
Esto es teatro.
Montan escenarios con autos prestados, relojes truchos y frases que repiten como loros:
"Si no sos millonario es porque no querés."
"Esto no es para plebeyos."
"Facturé 10k en 10 días, bro."
Todo suena a copy pegado desde una secta de marketing.
Y lo peor: están empezando a asomarse a LinkedIn con ese humo.
Todavía no coparon del todo esta red.
Pero si no hacemos nada, lo van a hacer.
Suben fotos en business class y se autoproclaman expertos en marca personal.
Pero no tienen ni idea de lo que es sostener una reputación durante años.
¿Liderazgo digital? Apenas saben liderar un grupo de WhatsApp.
Me hace acordar a un mentee que llegó frustrado a una sesión:
"Isma, hay uno que sabe la mitad que yo, pero le va mejor solo porque se muestra más."
Le dije:
"No ganan los que más saben. Ganan los que mejor comunican lo que saben."
Lo puse a escribir. Le armamos mini guías, comentó en posteos clave.
A los dos meses lo llamaron de tres empresas.
Esa es la diferencia entre tener marca personal... o tener un personaje.
Porque ojo, una cosa es usar LinkedIn para sumar valor.
Otra muy distinta es disfrazarte de éxito y venderle humo a la gente.
Y sí, a veces esos vendehumo ganan más (al principio).
Pero su credibilidad está hipotecada.
Los que estamos hace 20 años en esto sabemos que la confianza se construye en cuotas,
pero se pierde en un solo clic.
LinkedIn, bien usado, es una mina de oportunidades.
Pero si caés en la trampa de los "masivo bro", te vas a quemar.
Y te vas a quedar solo. Sin resultados. Y peor: sin ganas.
Ahora... te pregunto algo:
Si vos, que tenés experiencia de verdad, que sabés lo que cuesta construir, que podrías estar ayudando a otros con tu historia...
...no hablás, no escribís, no te mostrás...
¿Quién creés que va a ocupar ese espacio?
Exacto. Ellos.
Todavía no están en LinkedIn en masa.
Pero van a llegar.
Y si seguimos callados, si seguimos pensando que con saber alcanza,
les estamos dejando la cancha libre.
No alcanza con que tengas valor. Hay que mostrarlo.
Porque si no lo hacés, estás dejando que estos pibes hablen por vos.
Y eso, además de injusto, es peligroso.
Hoy te escribo para recordarte esto:
La experiencia no se alquila. La reputación no se compra. El respeto no se finge.
Si querés construir una marca personal real,
no te pongas un Rolex: ponete a escribir.
Publicá. Comentá. Escuchá. Mostrá cómo pensás.
Y si sentís que te falta claridad, enfoque o una estrategia concreta...
No estás solo. Varios de mis mentees llegaron igual.
Y hoy están cerrando negocios, liderando equipos o lanzando proyectos con impacto real.
Si querés que te acompañe en ese proceso, escribime a WhatsApp (si, respondo yo). Estoy cerrando la preselección de las mentorías de Mayo y aún me quedan 2 lugares.
Abrazo,
Isma